viernes, 22 de septiembre de 2017

Espiritualidad Agustiniana 2/2


¿Que es el Carisma?

Podríamos decir que el carisma es la personalidad de una comunidad religiosa, aquello que lo hacer ser lo que es, le da identidad y a la vez lo diferencia de otra forma de espiritualidad en la Iglesia. Se trata de un don singular que Dios otorga para que los consagrados y consagradas den testimonio de Cristo enfatizando una realidad concreta de Dios.

¿Y Cual es el Carisma de los Agustinos Recoletos?

Lo podemos enunciar así: Es el amor a Dios sin condición, que une las almas y los corazones en convivencia comunitaria de hermanos, y que se difunde hacia todos los hombres para ganarlos y unirlos en Cristo dentro de su Iglesia. Para entenderlo mejor, podemos decir que el carisma Agustino Recoleto se compone de tres elementos o más agustinianamente de tres amores, a saber: contemplación, comunidad, apostolado (amor casto, amor ordenado y amor difusivo).

Con­tem­pla­ción: “amor casto” La con­tem­pla­ción es la na­tu­ral atrac­ción que Dios ejer­ce sobre el ser hu­mano. Dios es irre­sis­ti­ble, tanto que no po­de­mos dejar de verlo, es­cu­char­lo, sen­tir­lo, ad­mi­rar­lo y amar­lo. Nos des­cu­bri­mos de­pen­dien­tes de Dios, le ne­ce­si­ta­mos, le bus­ca­mos y nos en­tre­ga­mos a él. La es­pi­ri­tua­li­dad agus­ti­nia­na en­tien­de esta con­tem­pla­ción como vida para Dios, vida con Dios, vida en Dios y vida de Dios mismo.

Co­mu­ni­dad: “amor or­de­na­do” Cuan­do el ser hu­mano se en­cuen­tra con Dios el gozo que pro­du­ce este en­cuen­tro y el amor que oca­sio­na son tan gran­des, que no queda otro ca­mino que com­par­tir­los, por eso la di­men­sión co­mu­ni­ta­ria nace de la di­men­sión con­tem­pla­ti­va, por­que la per­so­na hu­ma­na no puede vivir en so­le­dad ab­so­lu­ta y Dios mismo es co­mu­ni­dad tri­ni­ta­ria. La con­tem­pla­ción tiene tal fuer­za de unión que hace de los aman­tes de Dios una sola alma y un solo co­ra­zón.

Apostolado: “amor difusivo” El hombre o la mujer agustiniano (a), que por la contemplación se consagra a Dios y comparte su vida en comunidad, se siente también impulsado a comunicar la verdad de Dios. Por eso el agustino recoleto va a donde la Iglesia lo necesite. El objetivo último es llevar a cabo la misión que Cristo coloca a su Iglesia: “Id pues, y haced discípulos a todas las gentes…” (Mt 28,19), que trabajemos para que todos amen a Dios y se amen como hermanos. Por ende la característica más visible en esta dimensión es el servicio, porque como dice el mismo Agustín “quien no vive para servir, no sirve para vivir”.

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