domingo, 19 de marzo de 2017

Un paseo por la vida Monastica: El silencio y la oración

El silencio viene a ser el clima espiritual del monasterio.
No es sólo una necesidad de la convivencia.
No es sólo una exigencia de la paz del claustro.
Su verdadera función entra ya en la vida de oración.
Un silencio que es necesario para oír a Dios.
Silencio de recogimiento.
Silencio exterior.
Pero sobre todo silencio interior.

Para el monje, la oración será a lo largo de su vida el ejercicio de su busca y de su encuentro con Dios.
Oración, a ser posible, sin palabras. Un estar humilde ante Dios. Rendido a su voluntad. Buscando en la oración su voluntad. Pediéndole a Dios que se haga su voluntad. Su voluntad en mí. Su voluntad en los demás, en el mundo entero. El hombre, el monje, se encuentra a si mismo en la presencia de Dios. Descubre su propia intimidad.
Se realiza. Se ve en su más completa realidad. En esta escala está el progreso de mi vida espiritual. Nada vale si no se traduce en mi diaria conversación con Dios. Rendido a su voluntad. Buscando en la oración su voluntad. Pediéndole a Dios que se haga su voluntad. Su voluntad en mi. Su voluntad en los demás, en el mundo entero. El hombre, el monje, se encuentra a sí mismo en la presencia de Dios. Descubre su propia intimidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario