domingo, 27 de diciembre de 2009

Noche de Paz

El villancico "Noche de Paz" cantado por las jóvenes hermanas agustinas de la Comunidad de la Conversión de Becerril de Campos (Palencia, España).

¡FELIZ NAVIDAD A TOD@S DESDE ESTE BLOG VOCACIONAL "CRISTO TE LLAMA"!

sábado, 26 de diciembre de 2009

Romance del Nacimiento.


Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía,

abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía,
al cual la graciosa Madre
en su pesebre ponía,

entre unos animales
que a la sazón allí había,
los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,

festejando el desposorio
que entre tales dos había,
pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,

que eran joyas que la esposa
al desposorio traía,
y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía:

el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía.


Autor: San Juan de la Cruz

martes, 22 de diciembre de 2009

Mi vida es un pequeño milagro...


El primer paso

Todo es gracia. Mi vida ha sido un pequeño milagro. Descubrí por pura gracia a Quien me creó, me amó y me pidió que me entregara a Él de una forma muy especial. Digo que le descubrí porque se puede “creer” en Dios, pero no haber vivido una “experiencia” de Dios. Se descubre al Dios vivo cuando se experimenta su amor.

A los 17 años vivía yo en Puerto Rico, pues mi familia es de allí, aunque yo nací en La Coruña. A esta edad fue cuando tuve esa fuerte experiencia de Dios que cambió mi vida. Yo creía en Él, pero no le conocía.

Ocurrió en una Pascua juvenil, cuando estaba rodeada de jóvenes que cantábamos juntos. Es algo que no se puede describir. Sólo puedo decir que sentí que Dios pasaba por mi alma y me decía “TE AMO”.

A partir de entonces, Dios pasó a ser el primero en mi vida. Este se podría decir que fue “el primer paso”, pues no sentí la vocación a la vida contemplativa entonces.

María me ayudó

Me interesé mucho por la lectura espiritual y acudía asiduamente a la iglesia. María, nuestra Madre fue quien me ayudó a dar los primeros pasos. Sentí fuertemente su amor y su cercanía. Deseaba ser su esclava y sabía que entregándome a Ella me entregaba y agradaba a Jesús.

Poco tiempo después, vine a vivir a España y entonces sentí la llamada a entregarme más radicalmente al Señor. Ante su Amor mi alma deseaba entregarse sin reservas.

En nuestro tiempo muchas personas se resisten a la llamada de Dios. En mí no fue así, en un primer momento. Yo quería entregarme, concretamente en las misiones. Pero mi juventud y mi carácter impulsivo no me daban la razonable prudencia, y esto lo veían las religiosas con las que llegué a hablar, que me animaban a sopesar más mis motivaciones.

El rival

Entonces apareció un rival, un chico del que me enamoré y dejé a un lado ese Amor fiel que me quería totalmente para él, para entregarme a uno vano y muy limitado. No podía resistirme a tener experiencias nuevas para mí, como la de tener un novio. Este chico no era creyente y me alejé de Dios.

En esta situación ni alma no tenía paz ni libertad y vivía esclava de mis pasiones, aunque seguía añorando ese Amor único y eterno de Dios al que sentía que traicionaba.

Después de pasar tiempo en aquella situación, mi añoranza de Dios tomó formas concretas y empecé de nuevo a asistir a la Eucaristía y a confesarme. Decidí ponerlo todo en manos de Dios sabiendo que Él actuaría. Y así fue.

Él siguió llamándome

Fue Él quien quitó ese falso amor que obstaculizaba nuestra unión y después de un dolor que purificó mi alma, volvió la paz a mi vida por la amistad con Dios.

Entonces me di cuenta de que toda mi vida debía ordenarla cara a Dios, incluyendo las amistades que encontré en la parroquia. Esta amistad nos hacía no sólo compartir las sanas diversiones, sino también la fe.

En el mundo de hoy es muy importante para los cristianos estar unidos, formando comunidad y mantener viva nuestra fe; pues hoy más que nunca, los valores del mundo no son los valores de Dios.

Como Dios es fiel y nos da sus dones a pesar de nuestra indignidad e infidelidad, siguió llamándome…

Esta vez fui descubriendo que deseaba entregarme en una vida más íntima y escondida. Quería entregarme en una vida de oración oculta y dedicarme exclusivamente a Él. Y pensé en la vida contemplativa.

El descubrimiento del Carmelo

Fue entonces cuando descubrí el Carmelo y conocí a las Monjas Carmelitas. Después de unos meses en los que nos fuimos conociendo, pude entrar a hacer una experiencia de varios días. A través de luces y sombras fui descubriendo que ésa era la vida a la que Dios me llamaba y unos meses más tarde entré definitivamente en este Monasterio de Ntra. Sra. de las Maravillas de Madrid.

Puedo decir que me hallo plenamente realizada y verdaderamente feliz por haberme entregado al Señor en este carisma concreto, inspirado en las figuras de María y Elías que nos enseñan a vivir en la presencia de Dios y acoger su palabra para hacerla fecunda en nuestra vida.

La vida de la carmelita es una vida consagrada a la oración y viviendo en clausura descubrimos la libertad que da el poder vivir dedicadas exclusivamente a la alabanza divina, en esa continua presencia amorosa tan deseada, que es la del Dios Vivo.

Dios da sus dones y carismas a cada uno según su fe y espero que a todos aquellos a los que Dios llama a un seguimiento más de cerca, puedan descubrir la verdadera felicidad de entregarse a Él, pues como dijo Juan Pablo II y ahora reitera el Santo Padre Benedicto XVI, no debemos tener miedo de darnos a Jesucristo: Él no quita nada sino que lo da todo.

Hna. Mª Brunilda de la Stma. Trinidad O.Carm.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Si quieres seguir tu vocación recuerda que...



  • Quieres entregarte por completo a Dios; desde ahora no te pertenecen tus ilusiones, tu vida, tus proyectos, el amor, la compañía, el honor, el dinero, la fama... Siempre que los persigas estarás apartándote de la Llamada.

  • La vocación, la llamada de Dios no se pierde, pero puedes dejar de oirla si no permeneces fiel diariamente a tu entrega total, a los propósitos que te marcas por encima de las dificultades.

  • Las dificultades, miedos y sufrimientos son inherentes a la vocación. De ahora en adelante cuenta con ellos, vendrán momentos de aburrimiento, de soledad, de dudas, incomprensiones de quienes te rodean... Pero la recompensa merece el esfuerzo del camino

  • La perfección no es de este mundo y lo que importa es tu esfuerzo cotidiano de superación, no los frutos.

  • El desánimo es la tentación de abandonar lo grande. No te desanimes si te sientes incapaz de salvar al mundo, de ser lo suficientemente generoso. No te desanimes si ves a tu alrededor la dejadez de algunos consagrados, cuando te encuentres sólo en tu ideal, cuando veas la indiferencia de los que deberían ser mejores.

  • Sin una vida constante de oración, sin la amistad con Dios, pronto estarás más cerca del "suelo" que del "cielo" y no merecerá la pena tu sacrificio de hoy.

  • Una tentación constante en tu vida va a ser la de recuperar aquello que hoy dejas. La renuncia ha de ser gozosa y libre, no amarga y resignada.

  • Y recuerda diariamente que la felicidad en la vocación depende directamente de la radicalidad en la entrega. Dios jamás defrauda a quien pone "toda la carne en el asador" por la construcción de su Reino.

martes, 1 de diciembre de 2009

CARTA A UNA JOVEN

Mi querida amiga: Paz y Bien
Aunque no te conozco, desde el momento que comienzas a leer esta carta, ya me siento tu verdadera amiga, pues veo que te interesa algo que en realidad es para ti. Pues eres joven, estás en una edad en la que te sonríe la vida y conviene que la orientes lo mejor posible para que tu futuro pueda ser feliz, pues si aciertas ahora con el camino que Dios tiene preparado para ti, no hay duda de que tu felicidad será segura.
No te debe causar ningún temor el poder entregar tu vida a Jesucristo, y quedar ligada a Él para siempre, pues te aseguro que no hay propuesta humana que pueda compararse con esta suerte. Este es sin duda el ideal mejor, pero es posible que al no conocerlo se tenga miedo ante sus exigencias. Sin embargo, el Papa dijo a los jóvenes: "¡No tengáis miedo a Cristo! Abríos de par en par a Él. No os va a quitar nada, os dará mucho..."
Te cuento ahora el testimonio de una santa: Santa Clara se regocijó muchísimo cuando la princesa de Bohemia, Inés de Praga (hoy ya santa), dejó todo, hasta la boda con el emperador Federico, a quien estaba prometida, por unirse a Jesucristo "el Esposo del más noble linaje, cuyo poder es más fuerte, su aspecto más hermoso, y cuyo amor no se puede expresar, pues colma los deseos del corazón con su dulzura infinita. Es el supremo Rey de los Cielos". Por todo esto Santa Clara en varias cartas que la escribe, se congratula con ella expresándole su enhorabuena más cordial, y es que a la misma Santa Clara se la llama "mujer nueva" que se enamoró de Jesús de tal suerte que dejó todo, su porvenir brillante de joven noble y adinerada, y se hizo pobre para adquirir la mayor riqueza, el mayor tesoro, la perla más preciosa, que fue el mismo "Cristo pobre y crucificado". Y así fue tan feliz que atrajo en pos de sí muchas jóvenes de su tiempo, siendo su hermana dos años menor, la primera en seguirla.
Pero yo podría decirte ahora que esta propuesta se puede hacer aún, pues muchas chicas de hoy han seguido y siguen a Cristo en este camino. Santa Clara, que fue la que supo poner en femenino el ideal franciscano, asumió una espiritualidad cristocéntrica y esponsal, siendo la fundadora de la II Orden Franciscana llamada de las Clarisas.
¡Ser esposa de Jesucristo es lo más grande que puede ser una mujer en este mundo! Por eso no es extraño que la sensibilidad actual de mucha juventud se siga inclimando por este carisma.
Puedo decirte por experiencia, que cada una de las personas que se han consagrado a Dios en nuestros conventos o monasterios, tienen sin duda su historia de amor. Todas hemos sido llamadas por el Señor para ser suyas, y hemos experimentado la emoción que produce esa llamada sintiéndonos indignas de algo tan grande como es ser esposa de Jesucristo.
En efecto, Jesucristo es el que ha polarizado todo nuestro amor. Él es el centro y la razón de nuestra vida; vivimos para Él, para adorarle, alabarle, escucharle, amarle con todo nuestro corazón, interceder por todos los hombres ante Él, y permanecer en una acción de gracias continua para su gloria. Él es nuestra felicidad y nuestra paz; Él es nuestra alegría y nuestro cielo. Por eso, siempre con su cercanía en el Sagrario y viviendo bajo el mismo techo nos sentimos dichosas y no echamos de menos nada de la tierra. Tenemos además en nuestro camino brillando siempre la Estrella de la Virgen, nuestra Madre e intercesora.
Tenemos largos tiempos de oración, de trabajo, de recreación, teniendo siempre presente lo que Santa Clara nos dice en su Regla: que no apaguemos nunca el espíritu de oración y devoción al cual todas las cosas temporales deben servir.
No existe ningún proyecto de vida de mayor plenitud que este servicio total a Jesucristo y a su Reino.
Joven amiga, te invito a que lo pienses en la presencia de Jesus Sacramentado. Quizá el Señor te invite a ponerte en contacto con nosotras, cosa que nos alegraría para conocerte mejor.
Un abrazo.
Hermanas Pobres de Santa Clara de León
crecerenvocacion@gmail.com

Oración de disponibilidad del joven


Señor, estoy hecho un lío.
Descubro que en mi vida
hay muchas posibilidades y caminos.
No sé por donde ir, ¿cuál es mi camino?
¿cómo saber si acierto en la elección?

Señor, ¿qué me dices en estos momentos?
¿dónde encontrar tu palabra que me habla?

Señor, enséñame
a descubrir las necesidades que tienen
los hombre y mujeres de nuestro mundo
y a cuál de ellas debo responder.

Señor,
dame valor para hacerlo,
sin importarme que puedan decir los demás.
Siempre quiero que mis cualidades tengan utilidad,
pero ¿cuál es el camino?

Señor, me fío de tu palabra,
que se haga en mí según tu voluntad.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Frases del Santo Cura de Ars

La búsqueda.


Cada búsqueda y cada recorrido vocacional es original. La iniciativa de Dios y la libertad humana se entremezclan de muchas maneras para formar un tejido único aunque variado en sus formas. Sin embargo, es posible distinguir unos puntos comunes que se repiten en toda historia vocacional en la primera etapa de búsqueda.

• Comienzos

• Primeras dificultades
• Nueva afirmación

Cada uno de estos tres hitos adquieren una pluralidad de formas. Es necesario que sepamos, si acabamos de ponernos en marcha, en qué situación estamos del proceso para poder construir nuestro camino vocacional. Si llevamos un largo camino ya recorrido no vendrá mal repasar nuestros orígenes y comprender a nuestros hermanos que comienzan a andar.

1.- COMIENZOS: (Por qué no) El que comienza un camino es porque oyó una pregunta más o menos clara: ¿Por qué no comprometerse? ¿Por qué no llegar a ser religiosa o sacerdote? Y surge una pregunta que es una respuesta aunque todavía no muy clara que habrá que clarificar y profundizar. ¿POR QUE NO?

Siempre hay un punto de partida: la llamada tienen una cara, un día, una canción, un momento especial, una oración, una amistad, una soledad, una experiencia fuerte...

Es bueno que repasemos nuestra historia vocacional o si estamos en las primeras etapas analicemos las personas que han influido en el descubrimiento e inicio de nuestra vocación y las personas que siguen influyendo y sosteniendo nuestra decisión. No son casualidades, la aparición de ciertas personas o de determinadas experiencias en nuestra vida. Para Dios no existen casualidades. Son detalles de todo un plan amoroso de Dios para cada uno de nosotros. (Jn. 1, 40-42). Mira hacia atrás y descubre los cruces de personas y circunstancias en tu vida donde encontraste a Jesús, y da gracias a Dios por ello.

2.- DIFICULTAD: (Por qué yo)
En la primera etapa de esta búsqueda se fijaba uno en Dios que llama, para descubrir los signos de su voluntad. En esta segunda etapa, la persona se mide a sí misma con la misión que Dios le encomienda. Y lógicamente, la misión de Dios es más grande que nuestras posibilidades, y se origina el desánimo. Después de los entusiasmos iniciales, llegan las dificultades.

Cara a cara nos enfrentamos con nuestra realidad. A veces exageramos nuestras limitaciones y otras veces las inventamos. Temas como la oración, la fe, la madurez afectiva, el compromiso les analizamos desde las dificultades, desde la renuncia. La vocación la convertimos en una ilusión, en una autosugestión y de la madurez afectiva sólo vemos impulsos sexuales no orientados, vacío y soledad... El tiempo de oración es un tiempo desabrido, no se ve su “utilidad”, De las personas e instituciones sólo vemos los defectos. La crítica ácida hace su aparición en nuestros juicios y valoraciones.

Todo esto engendra una reacción ¿Por qué yo? Y nos defendemos con falsas justificaciones: “Tal persona es mejor que yo”; “esta vocación no es para mí”; “mejor, no correr riesgos de equivocarse”, “quién me garantiza que no voy a fallar...”
Es el momento de la elección como negación. Tus ojos se fijan en lo que dejas, en lo que pierdes. La decisión se ve como un corte. ¡Te arrancan algo!
Es el tiempo de la crisis. Lo puede ver también en numerosos casos de vocaciones bíblicas.

Lee: Ex. 3, 11 ¿Quién soy yo...?

Ex. 4, 10 Por favor, Señor, yo no he sido nunca...
1 Re 19, 4 Basta, Ya, Señor, toma mi vida...


Sin embargo la noche nunca es totalmente oscura. Tiempo difícil, tiempo de lucha interior; pero allí está Jesús.


En esta etapa y ante esta situación, ¿qué hacer? Toma una actitud positiva y de confianza, vive la elección como afirmación, viendo, no lo que dejas, sino lo que adquieres; asume las responsabilidades personales. Las dificultades manifiestan tu ser: Tus consistencias y tus inconsistencias te ayudarán a entrar en ti y a reanudar el diálogo con Dios... Vive intensamente el momento presente. A la pregunta pero ¿Por qué yo?, responde ¿Por qué yo no?


3.- AFIRMACIÓN: Sí, te seguiré. Después de la duda viene la decisión generosa para seguir a Cristo. La presencia de Dios en nuestra vida, es más fuerte que nuestras limitaciones y nuestras incertidumbres. Cristo se presenta como una gran posibilidad, como un proyecto de vida que llena nuestras expectativas.

Descubrimos que elegir a Cristo no es calcular, no es perder, es vivir con plenitud, es ganar. Más que nuestras sombras, vemos la luz que emerge en nuestra vida poco a poco. Quizá no existen evidencias externas que eliminen el riesgo, pero hay siempre una gran fe y un abandono en las manos de Dios que no defrauda y no traiciona y que nos permite decir: Sí, te seguiré.


PREGÚNTATE:


-De los tres momentos de la búsqueda ¿Dónde te encuentras ahora?
-¿Qué ha cambiado en ti?
-Descubre las elecciones que ya has hecho ¿Qué ha pasado en ti?

-Analiza tu vida de oración ¿Jesús está creciendo en ti como centro y modelo único de tu vida?

lunes, 23 de noviembre de 2009

Gastar la vida.


Jesucristo ha dicho: “Quién quiera economizar su vida, la perderá;

y quién la gaste por Mí, la recobrará en la vida eterna”.


Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas.

Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo,

y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.


Tenemos seguros por todas partes para evitar los riesgos.

Y sobre todo está la cobardía...


Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida.

Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla;

no se la puede economizar en estéril egoísmo.


Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen;

hacer un favor al que no lo va a devolver;

gastar la vida es lanzarse aun al fracaso, si hace falta,

sin falsas prudencias; es quemar las naves en bien del prójimo.


Somos antorchas que sólo tenemos sentido cuando nos quemamos;

sólo entonces seremos luz.

Líbranos de la prudencia cobarde,

la que nos hace evitar el sacrificio y buscar la seguridad.


Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos y falsa teatralidad.

La vida se da sencillamente, sin publicidad,

como el agua de la vertiente, como la madre da cl pecho a su bebé,

como el sudor humilde del sembrador.


Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible,

porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia;

no podemos caer en el vacío.


El futuro es un enigma,

nuestro camino se interna en la niebla;

pero queremos seguir dándonos,

porque Tú estás esperando en la noche,

con mil ojos humanos rebosando lágrimas.






miércoles, 18 de noviembre de 2009

Decálogo Vocacional

Este decálogo te será un instrumento de primer orden para que lo utilices bien. Son pistas o indicios sencillos que te ayudarán a confirmar tu decisión vocacional. Es importante que al terminar la Convivencia Vocacional te vayas con el convencimiento de que tu elección está suficientemente fundamentada.
No todos los criterios que se indican deben darse a la vez en ti. Tampoco es necesario que se den con mucha intensidad. Basta con que sientas que “algo así” te está ocurriendo. Además, en el diálogo con tu acompañante te ayudará clarificar los posibles subjetivismos. Ahí van:

  • No necesitas una evidencia o una seguridad total. Para este momento de la decisión no la precisas. Con tener una conciencia recta y bien informada, no necesitas más de un 51% de razones para decidirte.
  • Los ejercicios de búsqueda vocacional hechos hasta ahora te llevan, en general, a iguales o parecidas conclusiones.
  • A medida que te clarificas vas encontrando paz interior, libertad, gozo, ser tú mismo... Al decidir no te mueve ni la angustia, ni el agobio, ni tampoco la euforia que suele ser muy mentirosa.
  • Has elegido las “preferencias de Jesús” y te sientes agradecido y humilde.
  • Has entendido que tu decisión centra y orienta tu vida y te ayuda a entender tu pasado y tu presente como una historia conducida desde siempre por el Señor, tu Dios.
  • Tu decisión vocacional se apoya no tanto en tus propias fuerzas, sino en la bondad y en la fidelidad del Señor contigo. Y eres muy realista; no caes en autosuficiencias ni pesimismos.
  • Tienes claro qué debes hacer ahora, dónde ir y quién te debe seguir ayudando. Ello no quiere decir que lo tengas todo absolutamente clarito y controlado.
  • Al tomar la decisión te apoyas en Dios. Y cuentas también con la ayuda de María. Te sientes en paz y en libertad. No dependes de tener éxito, de sentirte cómodo, de triunfar.... Sólo Dios es tu roca. Lo demás son arenas movedizas.
  • Cuando piensas en un posible fracaso futuro, en una equivocación, en una pérdida de años preciosos... no pierdes ni la paz ni la confianza en el Señor, tu Dios.
  • Y todo esto, sin hacer “espectáculos”, desde la sencillez y la humildad, sin autosuficiencias, sin tocar trompetas ni hacer llamadas de atención. Lo haces en silencio y en fe, como María.

lunes, 9 de noviembre de 2009

María, madre y modelo de cada vocación


Existe una criatura en la que el diálogo entre la libertad de Dios y la libertad del hombre se realiza de modo perfecto, de manera que las dos libertades puedan actuar realizando plenamente el proyecto vocacional; una criatura que nos ha sido dada para que en ella podamos contemplar un perfecto designio vocacional, el que debería cumplirse en cada uno de nosotros.

¡Es María, la imagen salida del designio de Dios sobre la criatura! Es, en efecto, criatura como nosotros, pequeño fragmento en el que Dios ha podido verter todo su amor divino; esperanza que nos ha sido dada para que mirándola, podamos también nosotros aceptar la Palabra a fin de que se cumpla en nosotros.

María es la mujer en la que la Santísima Trinidad puede manifestar plenamente su libertad electiva. Como dice San Bernardo comentando el mensaje del ángel Gabriel en la anunciación: « Esta no es una Virgen encontrada en el último momento, ni por casualidad, sino que fue elegida antes de los siglos; el Altísimo la predestinó y se la preparó ».(52) Y San Agustín ya había escrito mucho antes: « Antes que el Verbo naciese de la Virgen, El ya la había predestinado como su madre ».(53)

María es la imagen de la elección divina de toda criatura, elección hecha desde la eternidad y totalmente libre, misteriosa y amante. Elección que, normalmente, va más allá de lo que la criatura puede desear para sí: que le pide lo imposible y le exige sólo una cosa: el valor de fiarse.

Pero la Virgen María es también modelo de la libertad humana en la respuesta a esta elección. Ella es la muestra de lo que Dios puede hacer cuando encuentra una criatura libre de acoger su propuesta. Libre de pronunciar su « sí », libre de encaminarse por la larga peregrinación de la fe, que será también la peregrinación de su vocación de mujer llamada a ser Madre del Salvador y Madre de la Iglesia. Aquel largo viaje se concluirá a los pies de la cruz, con un « sí » todavía más misterioso y doloroso que la hará ser plenamente madre; y, después, también en el cenáculo, donde engendra y sigue todavía hoy engendrando, con el Espíritu, la Iglesia y cada vocación.

María, en fin, es la imagen perfectamente realizada de la « mujer », perfecta síntesis del alma femenina y de la creatividad del Espíritu, que en Ella encuentra y escoge la esposa, virgen madre de Dios y del hombre, hija del Altísimo y madre de todo viviente. ¡En Ella cada mujer encuentra su vocación de virgen, de esposa, de madre!

+Obra Pontificia para las Vocaciones Eclesiásticas.

La vida monástica, oportunidad para la Iglesia



Históricamente la vida monástica ha sido la primera por lo tanto sigue siendo aun hoy la matriz de todas las demás formas de vida religiosa; y precisamente, por su mayor radicalismo, debe estimular las otras formas de vida religiosa.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Medios al servicio de la Evangelización

La Celebración ya próxima de la Jornada de la Iglesia Diocesana, el domingo 15 de noviembre, está precedida de una amplia campaña publicitaria en prensa radio y TV que, con el lema "Por Tantos", pretende dar a conocer las acciones que la Iglesia católica española realiza en favor de toda la sociedad. Para ello, va mostrando el testimonio de diversos voluntarios católicos que, motivados por su fe, realizan trabajos altruistas sirviendo a los más desfavorecidos.
No faltará quien opine que este tipo de campañas publicitarias son innecesarias, que mejor estaría empleado en otras cosas el dinero que cuesta cada cuña de radio, cada anuncio en un periódico, cada minuto de televisión. Después de todo, dirán, la Iglesia existe desde hace ya más de 2000 años y no ha necesitado nunca usar los medios para anunciarse como una firma más.
Quizá en el pasado no fue necesario, pero no podemos obviar que vivimos en el tercer milenio, en un mundo radicalmente nuevo, en el que los medios de comunicación social son creadores decisivos de cultura e ideas.
Si ya en 1975 el papa Pablo VI decía que "la Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no usara estos medios tan poderosos", hoy en día esta urgencia es mucho más perentoria. Todos recordamos como el siervo de Dios Juan Pablo II, aprovechó los medios de comunicación, la imagen, el sonido, como poderosas herramientas de evangelización, convencido, según sus propias palabras, de que "el uso de las técnicas y tecnologías contemporáneas forman parte de la misión propia de la Iglesia en este siglo".
El mundo de la comunicación, que ha sido definido acertadamente como el primer areópago de los tiempos modernos, hace de nuestra sociedad una aldea global, en la que la información, las ideas y opiniones, se crean y extienden a una velocidad nunca antes imaginada. Para nosotros, portadores de la Buena Noticia del Evangelio, constituyen una oportunidad providencial de llegar a los hombres y mujeres de cualquier latitud, superando las barreras del tiempo, del espacio y de la lengua.
Están, al mismo tiempo, al servicio de la comunión eclesial, porque permiten un conocimiento mayor entre las diversas iglesias, que redunda en un enriquecimiento mutuo y una colaboración más eficaz.
Recordemos las palabras proféticas de Juan Pablo II: "no tengáis miedo de los medios de comunicación y de las nuevas tecnologías, ya que están entre las cosas maravillosas que Dios ha puesto a nuestra disposición para descubrir, usar, dar a conocer la verdad, incluso la verdad sobre nuestra dignidad y nuestro destino de hijos suyos, herederos del Reino eterno".

Rubén G. P.
 
 
 

Blog vocacional

Blog vocacional del Monasterio de Madres Benedictinas de Sahagún de Campos:


http://www.monasteriosantacruz.com/blog/

domingo, 1 de noviembre de 2009

Vocación a la Santidad


Patriarcas que fuisteis la semilla del árbol de la fe en siglos remotos, al vencedor divino de la muerte rogadle por nosotros.
Profetas que rasgasteis inspirados del porvenir el velo misterioso, al que sacó la luz de las tinieblas rogadle por nosotros.
Almas cándidas, Santos Inocentes, que aumentáis de los ángeles el coro, al que llamó a los niños a su lado rogadle por nosotros.
Apóstoles que echasteis en el mundo de la Iglesia el cimiento poderoso, al que es de la verdad depositario rogadle por nosotros.
Mártires que ganasteis vuestra palma en la arena del circo, en sangre rojo, al que os dio fortaleza en los combates rogadle por nosotros.
Vírgenes semejantes a azucenas, que el verano vistió de nieve y oro, al que es fuente de vida y hermosura rogadle por nosotros.
Monjes que de la vida en el combate pedisteis paz al claustro silencioso, al que es iris de calma en las tormentas rogadle por nosotros.
Doctores cuyas plumas nos legaron de virtud y saber rico tesoro,al que es caudal de ciencia inextinguible rogadle por nosotros.
Soldados del Ejército de Cristo, Santas y Santos todos, rogadle que perdone nuestras culpas a Aquel que vive y reina entre nosotros.

Gustavo Adolfo Bécquer

sábado, 31 de octubre de 2009

La vida como vocación


Cuando hoy hablamos de vocación, nos referimos al diálogo que se tiene en la vida entre Dios y la persona; el diálogo por medio del cual Dios da a conocer un proyecto que es propuesta. El proyecto de Dios para cada uno llega a través de mediaciones que es conveniente saber escuchar, con discernimiento, y pide una respuesta libre con la que, quien se siente llamado, se pone a su disposición en la vida. Esta actitud fundamental está a la base de toda decisión vocacional.

La vocación es como un lugar de encuentro en que Dios llama y el hombre responde. La misión se hace vocación. La vocación no es una tenue voz de la conciencia, si no que la vocación es sacramental: Dios se hace encontradizo en las situaciones de la vida, en los reclamos de las personas que con nosotros viven, en los mensajes que nos llegan de todas partes. En todo se dectecta esa misteriosa llamada a unificar la propia existencia a una elección: " Vivo para hacer el Reino de Dios"

La opción del Reino de Dios se diversifica segun los dones y la particular llamada que Dios ofrece a cada uno. No se habla sólo de vocación sacerdotal o religiosa, hay vocación matrimonial, ser padre o madre, ser profesor o ingeniero, son vocaciones. Dios nos llama a todos.

Entender la vida como vocación es el paso previo para conocer y aceptar la propia vocación en la vida.

lunes, 12 de octubre de 2009

Vocación de San Rafael Arnáiz

Para celebrar la canonización de nuestro querido santo Hermano Rafael, monje trapense propuesto por Juan Pablo II como "modelo de los jóvenes cristianos" en el Monte do Gozo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Dios cambio mi vida...



Hola ¿cómo están? Me llamo Martha, tengo 27 años y quiero dar mi testimonio de vida para ayudar a algunas chicas que se identifiquen con mi caso.
Bueno comenzamos diciendo que he sufrido mucho desde niña. Cuando mi abuela murió yo tenia 15 años y trate de suicidarme tomando un veneno muy fuerte, mi salud se deterioro, ya que me internaron y pues entré en coma. A los tres días de estar en coma desperté, pero antes de eso vi a mi abuela muerta; en un lugar muy hermoso, lleno de luz clara de un brillo que me cautivaba.
Eso fue una alegría que Dios me dio, aun después de eso yo busque la vida del mundo con amistades, deje el colegio, tomaba mucho alcohol y así fue mi vida hasta los 24 años que sentí el llamado de Dios. Aun cuando Él me llamaba, yo me auto-encerraba en un mundo lleno de mentiras y felicidad mundanas. Tuve a un novio bueno, él era un hombre casado, y mantuve una relación de 6 años con él, claro que fue un infierno esa vida, pero bueno el amor de Dios me ayudo.
Les cuento algo sobre mi conversión: fue un sábado, me fui de fiesta y llegue a mi casa a las 4 de l mañana aun casi con los estragos del alcohol me desperté a las 6 de la mañana y algo me dijo "¿qué estas haciendo con tu vida? Eso no lo quiero para ti". Ya era Domingo y fui a misa con sueño y pues con algo de alcohol en mi sangre, al escuchar la misa sentí algo muy lindo pero no sabia que era, comencé a ir más y más a la misa, pero aun no sabia que era ese sentimiento tan bello, puse como les dije una barrera ,no quería yo saber que era eso y pues ya deje de ir con mis amigas a las discotecas, deje de tomar y me aleje de ese hombre. Ese hombre que me hizo mucho daño, por él me intente suicidar, y ahora veo que eso no era bueno, me arrepiento de todo corazón y pido perdón a Dios todos los días.
Cuando yo acepte a Dios en mi corazón fue algo bello, claro no fue fácil, no digo que sea fácil. Para mi no fue fácil, aun no lo es pero cada día trato que sea mejor, Dios me dio un buen Director espiritual que se llama Padre Jaime Andrés. Él es lo máximo, me tiene paciencia cuando yo decía: Padre no puedo, él me decía "hija entrégate a Dios el te dará la fuerza Dios es la fuerza, el no te dejara sola nunca".
Y bueno, después comencé a aceptar el llamado de Dios, a aceptar su amor, su calor, todo de Él y cada vez que me siento mal me entrego en sus brazos como una niña en los brazos de su padre.
Yo les digo no sigan el camino fácil porque es el camino de la perdición, ahora tengo ya dos años siguiendo a Dios, amándolo, estoy en un monasterio trapense , es bello, claro también tuve un discernimiento en algunas comunidades religiosas para ver si mi vida era activa o contemplativa. Dios me llama más al claustro, creo que viví mucho tiempo en el mundo que Él ya quiere que esté en su jardín de rosas, Él perdonó mis pecados, que fueron muchos, Él los lavo con su Bendita Sangre, me inundó con su amor infinito, con su calor me dio alegría y con su aliento me dio un soplo de vida,

Martha Parrales Mendieta (Ecuador)

¿Crisis vocacional?

San Juan Maria Vianney

domingo, 4 de octubre de 2009

Matrimonio: Asombro y Amor

Un estudio sobre la familia en la novela contemporánea nos ha revelado la pobre imagen que los autores de hoy tienen del matrimonio. Indiferencia y rutina, desamor e infidelidad: todo forma parte de la trama. A fin de cuentas ya no se sabe si la realidad inspira a la literatura o si es la creación literaria la que ha ido educando a la sociedad de hoy.
Revisando un diccionario de citas más o menos famosas, se encuentra uno con centenares de sentencias llenas de pesimismo. Parece que para muchos pensadores y creadores de opinión el matrimonio es un desacierto, una condena o una desgracia. Muchas frases parecen nacidas del resentimiento o de la frustración.
Solamente acá o allá se encuentra uno con alguna frase que interpela a la responsabilidad personal. Como ésta atribuida al rabino americano Brickner: "El éxito en el matrimonio es más que hallar la persona idónea; es ser la persona idónea". O esta otra de la escritora alemana Luise Rinser: "En un buen matrimonio, la fidelidad no es una atadura".
La tradición de Israel nos recuerda que la unión matrimonial forma parte del proyecto original de Dios. El encuentro del hombre con la mujer es el asombro ante el "tú", que hace posible el descubrimiento del "yo" y del "nosotros". Es el reconocimiento de la igualdad en la diversidad: es decir en la complementariedad. Es la admiración, al alba de la humanidad.

UTOPÍA Y COMPROMISO
Según el evangelio (Mc 10, 2-16), los fariseos preguntan a Jesús: "¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?" La respuesta de Jesús es provocadora. Sobre todo porque afirma la primacía de la creación original sobre todas las leyes positivas que el pueblo se fue dando. La norma de la ley humana sólo viene a remediar el fracaso del proyecto divino.
De la evocación de los orígenes, Jesús extrae una conclusión: "Abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne". He ahí tres pinceladas inolvidables. En ellas se recuerda la grandeza de la utopía y se sugiere el diario compromiso por llevarla a cabo:
- El abandono del padre y de la madre refleja esa dimensión social del matrimonio, que lo constituye en anillo entre una generación y la siguiente.
- La unión del hombre con su mujer subraya la dimensión afectiva, que implica un amor personal, es decir: único y definitivo, oblativo y fecundo.
- Llegar a ser una sola carne no es sólo vivir la fascinación y el riesgo de la sexualidad, sino compartir con generosidad un proyecto de vida y de esperanza.
Los tres pasos requieren una formación gozosa y responsable, que nunca se improvisa y que nunca puede darse por concluida.

FELICIDAD Y FIDELIDAD
"Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre". Con esas palabras concluye Jesús su respuesta a la pregunta de los fariseos. Una respuesta que habría de ser mil veces discutida por las leyes. Y millones de veces descubierta por el corazón enamorado.
• "Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre". La unión requiere atención para analizar con realismo la fascinación del amor. Pero requiere también el esfuerzo y la madurez de la entrega personal. El amor no es sólo un sentimiento: es sobre todo un compromiso.
• "Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre". La separación de la pareja se va gestando lentamente en la rutina. Y en la falta de delicadeza y de respeto. El matrimonio es una escuela permanente para aprender a perdonar y perdonarse.
• "Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre". No sobra la alusión a Dios. A muchos los une la prisa o la fama, la frivolidad o el miedo. Siempre es preciso preguntarse si es Dios quien ha unido a los esposos. Y pedirle a Dios con humildad que los siga uniendo cada día, en la ternura y la esperanza, en el dolor y en la alegría.
- Dios y Padre celestial, nuestra sociedad aspira a la felicidad, pero olvida la fidelidad. Ayúdanos a sembrar con paciencia para recoger con gozo los frutos del amor. Amén.

José-Román Flecha Andrés

lunes, 28 de septiembre de 2009

Una Carmelita...


Una Carmelita es una alma que ha contemplado al divino Crucificado, que le ha visto ofrecerse como víctima a su Padre por las almas; y reflexionando a la luz de esta gran visión de la caridad de Cristo ha comprendido la pasión de amor de su alma y se ha entregado como Él.

En la montaña del Carmelo, sumergida en el silencio, en la soledad y en la oración ininterrumpida, pues se prolonga a través de todos sus actos, la Carmelita vive ya como en el cielo, solamente de Dios.

Ese mismo Dios que será un dia su felicidad y la saciará plenamente en la gloria, se le entrega ya en este mundo. Nunca la abandona y habita dentro de su alma. Aún más: los dos son uno.

Por eso la Carmelita está hambrienta de silencio para escuchar siempre y penetrar cada vez más en su Ser infinito. Está indentificada con Aquél que es su Amor. Le encuentra en todas partes y descubre su irradiación divina en todas las cosas.

Beata Isabel de la Trinidad.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Si no sintiera la llamada de Dios estaría feliz bailando en una discoteca.



Bonito testimonio de una joven que ingresará en las monjas clarisas.




Entra en el convento de clarisas de La Aguilera, Burgos, donde viven 130 monjas

Tiene 20 años, estudiaba segundo de Pedagogía en la Universidad Complutense de Madrid, y tenía claro lo que quería hacer: casarse joven, tener muchos hijos y trabajar con niños con necesidades especiales. Pero conoció a las clarisas de Lerma hace siete meses y cambió el rumbo de su vida. Sintió tan fuerte la irrupción de la llamada en su corazón, a entregarlo entero, que casi se cae al suelo. Acaba de entrar ilusionada en la clausura del convento burgalés de clarisas de La Aguilera, Aranda de Duero. Allí viven 130 monjas, en el santuario de San Pedro Regalado, que los padres franciscanos les han cedido, porque Lerma se les ha quedado pequeño.

-¿Cómo conociste a las clarisas?

-Mi familia conoció la comunidad de los Guadalupanos, que me ayudaron muchísimo. Después, mi tío Jesús me invitó a visitarlas. Me sorprendió su alegría, esos rostros radiantes, tan jóvenes y guapas, muchas con una vida profesional consolidada, y que lo dejaron todo por el Señor.

-¿Ahí te decidiste?

-No. En febrero de este año volví a verlas y algo cambió en mí. Una monja, Desiré, me preguntó: ‘¿Qué has pensado hacer con tu vida?’ y hasta ese momento, mi respuesta era: casarme joven, tener muchos hijos y trabajar con niños con necesidades especiales. Pero de repente todo lo que me encantaba de ese proyecto, perdió su color. Cuando volvíamos de Burgos a Madrid, notaba, incluso como una sensación física, que el corazón se me partía en dos, para quedarse en Lerma. Me empecé a asustar y a decir: ‘¿Yo monja? A ver, que soy Carmen, que no pega ni con cola’.

-¿Por qué no pegaba?

-Porque yo tenía mi vida planeada y jamás en mi vida me hubiera planteado la posibilidad de ser monja.

-¿Has tenido novio alguna vez?

-Sí, salí con un chico durante dos años. Y desde los los 15 había empezando a flaquear en la relación con el Señor, a preocuparme sólo por divertirme, por estar guapa… Después lo dejé con él. Fui a una asamblea nacional de la Renovación Carismática y volví a empezar a rezar y a comulgar.

-Y, para no habértelo planteado “jamás”, ¿cómo empezaste a verte con ese hábito?

-El día de la visita a Lerma, llegué a casa y me puse uno de los discos con sus canciones. De pronto escuché la letra y hablaba de la consagración. Me caí para atrás, me fui arrastrando hasta el armario y acabé sentada en el suelo, del shock. Fue como un puñetazo en el estómago. La sensación era que el corazón tiraba de mí y quería salir del pecho para hacer eso que estaba oyendo. Yo decía: ‘Dios mío, esto me está llenando, no puede ser, yo no quiero’. Y luego iba por la calle y salían monjas por todas partes. Pensé en cortar la relación con el Señor porque no quería. Hacía un esfuerzo para no rezar, pero me moría, cada vez estaba más triste. Poco a poco me daba cuenta de que mi corazón era para Jesús, de que no podía darle mi corazón, mi persona, mi cuerpo a un hombre. Yo tenía ese anhelo de entregarme y vivir para otros. Y le había puesto el nombre de ‘marido e hijos’, pero me estaba dando cuenta de que no era esa la respuesta al anhelo de mi corazón.

-¿Cómo te gusta divertirte?

-Me gusta más estar fuera que dentro de casa, salir, ver sitios, viajar, y sobre todo, la fiesta. Antes me tiraba horas y horas bailando, mis amigos se reían de mí. Soy muy coqueta, me encantaba la ropa. Eso de llevar el mismo modelito todos los días, no. Me apasionan los niños, la gente en general. Yo no quería ser monja y mucho menos de clausura. Pero me di cuenta de que Jesús era el único que me colmaba.

-¿Cómo será tu vida allí?

-Pues al principio, levantarme para ir a rezar laudes, desayuno, mucha formación, pláticas para aprender a vivir el Evangelio a la luz de la consagración. Si da tiempo, ayudar a los trabajos de la casa. Porque una casa de 130 da mucho trabajo: la huerta, la repostería, de la que viven, etc. Y cuando viene la gente vamos a atenderla a los locutorios.

-¿Tienen ‘tiempo libre’ las monjas de clausura ?

-Sí, a la madre le gusta mucho que hagamos deporte, para que mantengamos la salud física: se juega al fútbol, al baloncesto, al pilla-pilla, al mareo…

-¿Juegan al fútbol con el hábito?

-No, -dice divertida- para trabajar y para el deporte se ponen una bata de trabajo. Es más cómoda y no importa que se ensucie.

-¿Cómo llevas que te vayan a cortar el pelo?

-A mí lo del pelo, toda la vida me ha encantado, lo he tenido siempre largo. Pero, se trata de seguir los pasos de santa Clara. Cuando se escapó de su casa para entrar en la comunidad de San Francisco, a los 18 años, se puso guapísima, con sus mejores galas, para entregarse al Señor. Entregó toda su belleza, que era mucha, porque el Señor se la concedió. Cuando entras, de postulante, llevas el pelo al aire. Pero cuando tomas hábito te vistes de novia, con tu velo, tus pendientes, tus pulseras… Estás preciosa para entregarte al Señor y la madre te va despojando de las riquezas. Llega el momento en que te deshacen el peinado y te lo cortan, como signo de entrega, con el que dices: ‘Te pertenezco a ti, mi Señor y no necesito tener un vestido bonito, ni una melena preciosa para gustarte y para ser guapa. La belleza me la das Tú’. En la medida que amas a Jesús, te va colmando de su belleza. Yo lo estoy deseando. Va a ser un día precioso, porque es entregarle todo.

-¿No te da miedo arrepentirte?

-Antes sí. Y pensaba: ‘Señor, que ya no voy a ver más mi habitación. Al acostarme no le voy a dar un beso a mi madre. Eso es lo que más miedo me daba, perder la unión física con la familia. Pero la unión va a ser mucho más fuerte cuando entre, con la oración. Y me atemorizaba meterme entre cuatro paredes y que fueran los días iguales. Pensaba ¿y si me aburro de ‘día tras día lo mismo’? Pero no es así. Jesús hace nuevas todas las cosas. Cuando hice la experiencia, ningún día era igual al anterior. Un día me metí en la cama y me puse a pensar esto, pero se lo entregué a Jesús y sentí cómo me decía: ‘Carmen, es mi promesa de amor, confía en mí’. Y confío en Él plenamente. Habrá momentos de más dificultades, seguro, pero la clave está en entregárselo al Señor y apoyarte 100% en María.

-¿Qué es lo que más te cuesta?

-Soy humana y los apegos humanos se notan. Soy la mediana de tres hermanos: tengo una hermana de 21 años, Rocío, y un hermano de 18, José Mª. Cuesta salir de tu casa, de tu familia, de tu gente, pero sabes que el Señor es el que te ha llevado por ese camino. Me darán miedos, porque el demonio está ahí, y me mete el dedo en el ojo. A veces me da vértigo, pero se lo entrego al Señor y Él lo coge y me calma.

-¿Cómo se lo han tomado en casa?

-Mis padres muy contentos, aunque a mi madre le cuesta el desgarrón, porque ya no voy a estar en casa. Pero vamos a estar muy unidas, vamos a poder escribirnos, hablar por teléfono y podrá venir a verme.

-¿Preguntas a Dios ‘por qué yo’?

-Sí. La respuesta está en tres palabras: Por puro amor. Porque me ama. A ti también, pero tu corazón está hecho para otra llamada, otra vocación. Yo pensaba: es imposible que pueda ser monja porque he sido muy mala con el Señor y le he abandonado. ¿Por qué ahora me quiere hacer este regalo? Imagínate: ‘¡Ser suya!’ Pero esa pregunta se la hace mucha gente.

-¿Qué aportan las monjas desde su clausura?

-Hay quien dice que si las monjas dejaran de rezar el mundo se hundiría. Somos como el corazón que va impulsando la sangre por todo el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, para que Su Amor recorra todos los miembros. Es verdad que físicamente no vamos a los enfermos a curarles, pero Santa Clara decía que la herida más grave por la que la gente muere es la herida del alma. Y esa herida del alma se sana con la oración. ¿Qué mejor forma que dedicar todas las horas de tu día a orar? Imagínate todas los millones de personas que no conocen el amor del Señor y que aunque lo conozcan, no son capaces de entregarle su dolor y sufrimiento. Nosotros le entregamos nuestra vida para que comparta con nosotros su dolor y sus alegrías. Somos madres de bendición, para ti, para todo el mundo, incluso para mis padres. Es una labor cuyos frutos no se ven físicamente, no se palpan, pero estamos ahí sosteniendo, desde nuestra clausura, para que los misioneros perseveren y esa fe y amor de Jesús que ha nacido en los corazones, se mantenga. Somos como el corazón que va impulsando la sangre por todo el cuerpo que es la Iglesia, para que el amor de Jesucristo recorra todos los miembros. Pero los frutos son reales y se dan. Si el Señor me dice que lo haga, por algo será. Si no sintiera esa llamada de Dios, estaría yo feliz bailando en una discoteca.

albadigital.es

domingo, 13 de septiembre de 2009

Un acontecimiento feliz

Nuestra querida comunidad de madres benedictinas del Monasterio de la Santa Cruz, en Sahagún de Campos (León) acogió, el pasado martes 8 de septiembre, festividad de la Natividad de la Stma. Virgen María, a Sabinne, una joven austrica, para que comience en la vida religiosa benedictina como postulante.
Sabinne conoció el monasterio mientras peregrinaba hacia la tumba del Apóstol Santiago por el Camino de Santiago. Al llegar allí, sintió que era el lugar en el que Dios la pedía que entregara su existencia en el silencio del claustro y el Ora et Labora de San Benito.
Enhorabuena y que su ejemplo de renuncia y desprendimiento mueva a much@s a entregar generosamente así su existencia en la diversidad de vocaciones de la Iglesia.